Visitar Hauts-de-France

Con su nuevo impulso cultural, la "capital de Flandes" recibe un nombre muy acertado, ya que ejerce una influencia tan poderosa en la región. Ya sea por su patrimonio arquitectónico, cultural o gastronómico, todos los ingredientes están ahí para hacer de su escala un momento cálido e inolvidable. Pasee por las coloridas calles del Vieux Lille mientras saborea un esponjoso gofre, admire la famosa Grand'Place y visite el Palacio de Bellas Artes, con sus excepcionales colecciones albergadas en un soberbio edificio ^{del siglo XIX}. En general, aproveche los numerosos cafés y estaminets que bordean las calles adoquinadas. Una cosa es segura: pronto se dará cuenta de que el espíritu festivo y la proverbial hospitalidad de los habitantes de Lille merecen la pena.

Encaramada en una colina de 100 metros de altura, Laon llama inmediatamente la atención y bien merece su sobrenombre de "montaña coronada". Descubra los atractivos de una ciudad de calles animadas y bulliciosas, dominada por una inmensa catedral del siglo XII.

Pasee por la ciudad medieval, repleta de tesoros escondidos, empezando por sus atalayas, portales, capillas y callejuelas que suben hasta las murallas, desde donde las vistas son espléndidas. Y regálese un agradable paseo llamado "el campo en la ciudad": un paseo por los jardines y antiguos viñedos donde antaño se producía St-Vincent, la bebida utilizada para coronar a los reyes.

Capital de la antigua región de Picardía, Amiens ofrece una apasionante diversidad de arquitectura y actividades. Compruébelo usted mismo visitando la mayor catedral gótica de Francia, dos veces mayor que Notre-Dame en París. Después, pasee por sus calles empedradas de aire medieval: al Norte, los canales de Saint-Leu recuerdan a una pequeña Ámsterdam, mientras que al Sur, el centro de la ciudad oscila entre las alineaciones del siglo XIX y el urbanismo de posguerra. Por último, eche un vistazo a las ricas colecciones de arte e historia del Museo de Picardía.

Siga los pasos de la dinastía Valois, que gobernó Francia de 1328 a 1589, visitando la ciudad de Crépy-en-Valois y su rica campiña, antaño coto de caza favorito de Francisco I. Situada entre los bosques de Compiègne y Retz, la ciudad es el punto de partida ideal para largos paseos que alternan zonas boscosas y paisajes agrícolas. La propia ciudad, construida sobre un espolón rocoso, ha conservado sus antiguas calles empedradas y sus casas de fachadas pintorescas. No olvide visitar el museo de tiro con arco, instalado en el corazón del castillo Saint-Aubin, del siglo XIII: sus colecciones originales, únicas en Europa, ilustran la historia y el folclore del tiro con arco.

Fácilmente accesible por TER desde Amiens, la playa de arena de Le Touquet, de 15 kilómetros de longitud, está considerada por muchos la más bella de la región de Hauts-de-France. La estación balnearia fue concebida originalmente como destino de vacaciones para los parisinos, que desde finales ^del siglo XIX disfrutan de su encanto elegante y anticuado. En el paseo marítimo se pueden practicar numerosas actividades náuticas, así como paseos a caballo entre las dunas salvajes y vírgenes. Pero si lo que busca son emociones fuertes, opte por un paseo en yate de arena, la actividad favorita de los lugareños.